El defecto más común del cristal es un desconchón. Es fácil que se produzca: cualquier guijarro desafortunado de la carretera puede dañar la capa superior del triplex, tras lo cual se forma un defecto en el cristal, a veces del tamaño de la cabeza de una cerilla, a veces con una superficie de hasta un centímetro o incluso más. En casos muy raros, puede formarse un desconchón no sólo en la capa exterior del cristal, sino también en la interior.
Publicidad
El segundo defecto frecuente es una grieta. Por regla general, empieza con un desconchón. Pero no siempre, porque depende mucho de la ubicación del desconchón y de las características del propio cristal. Lo más frecuente es que un desconchón se convierta en grieta si se forma desde abajo en una franja negra del cristal. En primer lugar, es casi invisible sobre un fondo oscuro, y rara vez alguien decide ocuparse inmediatamente de su eliminación. En segundo lugar, la zona del cristal que se encuentra a una distancia de hasta 10 cm del borde es una zona de tensión, lo que provoca el crecimiento de una grieta incluso a partir de un pequeño desconchón. En tercer lugar, los deflectores del sistema de calefacción y ventilación suelen estar dirigidos hacia allí.