Si el humo es negro, el combustible no se quema completamente en los cilindros del motor o la mezcla está sobreenriquecida, es decir, hay más combustible que aire. Esto puede deberse a la mala calidad de la gasolina o el gasóleo. Merece la pena cambiar la columna y la marca del combustible para comprobarlo. A continuación, comprueba cómo se comporta el coche y si el color del tubo de escape cambia después.
Si se trata de una relación aire/combustible incorrecta en la mezcla, no siempre está relacionada con averías. Puede ocurrir después de que el coche haya estado aparcado mucho tiempo sin moverse en frío. Cuando el motor se calienta, el humo se aclara. Si sigue siendo oscuro, hay que comprobar el sistema de aire del motor.
Puede que falte aire debido a un filtro de aire obstruido, problemas con la turbina, un sensor de flujo de aire y una sonda lambda o un sensor de posición del acelerador que no funcionan correctamente. Para saber qué falla exactamente, es necesario acudir al servicio de diagnóstico.