El Skoda Octavia de segunda generación no es un mal coche. Suficientemente equilibrado en su época, era relativamente asequible y a la vez práctico; en resumen, un buen vehículo familiar. Pero… ¿qué tal batir un récord mundial de velocidad con él? Has oído bien: hace más de una década, un periodista inglés aceleró el Octavia hasta los 365 kilómetros por hora. Esto lo convirtió en el coche de producción turboalimentado de dos litros más rápido, ¡y el récord no se ha batido hasta hoy!
Alcanzar los 300 km/h con un motor de dos litros no es tarea fácil, ya que influyen mucho las condiciones meteorológicas. El récord anterior no pudo establecerse hasta pasados nueve meses. Sin embargo, el Meaden no tardó en alcanzar los 300 km/h, concretamente 325,33 km/h, no muy lejos de los 347 km/h anteriores.