En los neumáticos con clavos, éstos proporcionan gran parte del agarre. A los modelos sin clavos se les dota de una goma más blanda para que, a bajas temperaturas, proporcione el agarre más eficaz sobre nieve y hielo. Este es el principal argumento en contra de quienes creen que el neumático que ha perdido todos los clavos se ha convertido simplemente en un «velcro» en toda regla. Puede empezar a funcionar peor no sólo por la pérdida de «clavos», sino también porque la composición de la goma no se corresponde con la tarea. Y, por supuesto, tampoco se convertirá en un neumático de verano en términos de propiedades de tracción.
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Para evitar decepciones con el tipo de neumático que elijas, es importante elegir el adecuado. En asfalto, los neumáticos con clavos tienen distancias de frenado más largas y mayores niveles de ruido. Pero ofrecen mejor agarre sobre hielo en casi toda la gama de temperaturas. Si te interesa, las profundas roderas de las carreteras son en parte el resultado del «trabajo» de los clavos, su impacto negativo en la infraestructura.